¿Es Metatrón el Ángel Prominente que describe el Éxodo?
¿Hasta qué punto la fe de Israel era monoteísta? Hay textos del Antiguo Testamento que
sugieren la existencia de un ser celestial todo poderoso al lado de Dios. Por ejemplo en Ex 23, 20 Dios promete a
Israel en el contexto del Éxodo que le enviará un ángel por delante para que te cuide en el camino y te lleve al lugar
que he preparado. Ese ángel es un ser prominente por cuanto lleva mi nombre (de Dios) y no perdonará tus rebeliones (Ex
23,21), y se distingue claramente de Dios por cuanto éste advierte: Si le obedeces fielmente y haces lo que yo
digo: tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios serán mis adversarios (Ex
23,22). ¿A qué ángel se esta refiriendo el autor del Éxodo? ¿Se trataría de un
poder equivalente a Dios en los cielos? ¿Dos poderes en los cielos? Sin duda
este es uno de los textos sobre los que más se especularían en las tardías
tradiciones que darían origen a Metatrón, el ángel más importante en los cielos
de acuerdo a la temprana mística judía. Metatrón también poseerá el nombre de
Dios lo que implica que ambos (Dios y el ángel) son intercambiables. ¿Estamos
ante una temprana herejía judía?
Para entender cómo se relacionan este
Ángel del Éxodo y el posterior ángel Metatrón tenemos que ir a otro texto del
Antiguo Testamento. Se trata de Gn 5,21-24: Enoc
tenía sesenta y cinco años cuando engendró a Matusalén; Enoc caminaba con
Dios. Después de nacer Matusalén, vivió trescientos años, engendró hijos e
hijas; vivió un total de trescientos sesenta y cinco años. Enoc caminó
con Dios y después desapareció, porque Dios se lo llevó. Nosotros sabemos
que después de la expulsión de Adán del Edén, Dios no volvió a caminar con
ningún hombre en la tierra. Esto significa que Dios pudo haber caminado con Enoc sólo en el cielo. ¡Por
lo tanto Enoc viajaba a los cielos donde caminaba con Dios! Sólo cuando tenía
365 años, relativamente joven en relación a los demás patriarcas
antidiluvianos, desapareció siendo
llevado a los cielos de manera definitiva. Desde entonces habita con Dios en
los cielos. Pero, ¿cómo habita en los cielos? ¿Es todavía un hombre mortal o se
ha convertido en un ser celestial? La primera respuesta la encontramos en un
texto llamado las Similitudes o las Parábolas de Enoc que es uno de los
cinco libros que componen el 1Enoc. En esta obra Enoc es transformado en un ser
de naturaleza humana-angelical, familiar en la tradición cristiana, el Hijo
del Hombre del libro de Daniel. En el 2Enoc, posiblemente proveniente del
siglo I d.c. Enoc ha llegado a ser como
uno de los gloriosos, y no existen diferencias observables entre él y un ángel (22,10).
Finalmente en el tardío 3Enoc (aprox. IX d.c.), el héroe se identifica con
Metatrón quien tiene enormes dimensiones , además de 72 alas, 365 mil ojos, y
provisto de la sabiduría divina. Dios le ha concedido como gracia un trono
similar a su propio trono de gloria, y es nombrado como el siervo y príncipe de
Dios para gobernar sobre todas las fuerzas celestiales. Haciendo referencia a
Ex 23,21 se nos dice en el 3Enoc que Dios ha llamado a Enoc el Dios Menor porque mi nombre (el de Dios) está en él. Finalmente, Dios escribe en la
corona de Metatrón (motivo sumo sacerdotal) con las letras con las que había
creado el cielo y la tierra, para que posteriormente todos los ángeles se
postraran delante de él.
Los rabinos contestan a ciertos
herejes, probablemente a los cristianos, que interpretaban Ex 24,1 como una
alusión a la existencia de dos poderes en el cielo. No, dirán los rabinos, Dios
es el único Dios de Israel. Es verdad que existe un ángel prominente, Metatrón,
pero esto no implica el negar la eminencia del Dios de Israel. Leemos en b Sanh
38b (un paralelo en ShemR 32,4):
Cierto
hereje le dijo a Rav Idith: “Está escrito: Y a Moisés Dios le dijo: Sube hacia
el YHWH (Ex 24,1). Ciertamente no le dijo: “Sube hacia mí”.
Entonces Rav Idith le dijo al hereje: “Este
era Metatrón, cuyo nombre es como el nombre de su maestro, como está escrito:
porque mi nombre está en él (Ex 23,21).
“Pero si esto es así- insistió el hereje- nosotros podemos adorarlo
(a Metatrón)”.
“Está escrito en el mismo pasaje, sin embargo,
– contesto Rav Idith- : No os rebeléis contra él (Ex 23,21), esto es, ¡no me
confundáis (Dios dice) con él (Metatrón)!
“Pero si esto es así- dice el hereje- por qué
se dice: “Él no va a perdonar vuestra trasgresión”?
Rav Idith le contestó al hereje: “Nosotros
mantenemos por juramento que no lo
recibiremos como mensajero o guía porque está escrito: Y Moisés dijo a Dios: Si
no vienes en persona, no nos hagas salir de aquí (Ex 33,15)!
Este texto es muy interesante porque
constata que había un grupo, posiblemente se refiere a los cristianos, que no
sólo reconocían a un segundo dios en los cielos (de naturaleza humana-angelical
al modo del Hijo del Hombre, David, Jesús) sino que también le adoraban. El
rabino advierte que el pueblo debe escuchar a su ángel y no rebelarse contra él
pero al mismo tiempo no confundir a Dios con Metatrón. La posición del ángel es
extraordinario, no hay duda de ello, esto precisamente porque el nombre divino
estaba con él. Pero esto no debe llevar a confusión. Si por el contrario, y
como los cristianos, el hereje confunde a Dios con Metatrón (o el Hijo del
hombre, o David, o Jesús….) el mismo ángel no perdonará esta trasgresión.
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