Vestidos del Sumo Sacerdote en la Carta a Aristeas
En dos entradas hemos descritos los vestidos
del sumo sacerdote en el templo de Jerusalén (ver: los vestidos del sumo; dos, ). Ahora comenzaremos a profundizar en el significado
teológico de estos y en las consecuencias que tienen en el estudio de la
primera cristología.

¿Por qué los vestidos del sumo sacerdote producen tal reacción en los
fieles que se ha congregado en el templo? Al igual que otros autores antiguos
como ben Sira, Filón o Josefo, los vestidos del sumo sacerdote para el autor de
Aristeas constituyen la gloria del
Sumo Sacerdote. Cuando Aristeas habla del turbante
como mitra le está reconociendo
un carácter real a la gloria del sumo
sacerdote. El sumo sacerdote tendría atributos reales…un aspecto importante
para entender a Jesús resucitado: rey y sacerdote. El reconocimiento real del
sumo sacerdote no es exclusivo de Aristeas, también ben Sira hace lo mismo en
relación al sumo sacerdote Simón el Zadokita (50,5-15). Esta doble naturaleza,
real y sacerdotal, explica la reacción de la gente cuando ve aparecer al sumo
sacerdote. Maravilla, consternación, y desconcierto. Es como si se tratase de
un personaje venido de otro mundo….como si fuese un ángel. Precisamente esta
naturaleza cuasi divina del sumo sacerdote, manifestada a través de sus
vestidos, es la que explica uno de los motivos teológicos más importantes de la
carta: el silencio . Y es que el autor de la carta considera el servicio
litúrgico del templo por sobre cualquier realidad terrena. Sería algo así como
una revelación en la tierra de lo que sucede en el mundo celestial. Por eso el
énfasis siempre esta en lo que es visto,
frente lo cual la respuesta evidente es el silencio.
Lo único que se escucharía en la liturgia son las campanitas que suenan
desde los vestidos del sumo sacerdote…expresión de la gloria real y sacerdotal
del mismo Dios.
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