El papel de Jesús y los elegidos en el Ev. de la Verdad.

En el Ev. de la Verdad la función mediadora de Jesús es muy importante.  El Hijo permite que se conozca al Padre inescrutable para así cumplir su voluntad. Cuando apareció (el Hijo Bienamado) instruyéndoles sobre el Padre, el Incomprensible, cuando les hubo insuflado  lo que está en el Pensamiento, cumpliendo su voluntad, cuando muchos hubieron recibido la luz, se dieron vuelta hacia él (30,25-31,1). Los elegidos lo reconocen a pesar de su envoltura carnal, lo que les permite el retorno a sus orígenes, al pleroma. La Palabra les concede articulacón y aliento, luz y vida, a los que hasta entonces dormían. Pues Él vino en forma carnal...diciendo cosas nuevas, hablando sobre lo que está en el corazón del Padre, habiendo proferido la Palabra sin defecto (31, 4-11).  El Hijo se define como camino para los descarriados y conocimiento para los ignorantes (31,30-33). Es también el pastor que ha dejado las noventa y nueve ovejs que no estaban perdidas y ha ido a buscar  a la que estaba extraviada (32, 1-5).  Trabajó en Sábado porque es el día perfecto. Carece de noche y  tiene una la luz que no se oculta porque es perfecta. Decíd pues, desde el corazón que sois el día perfecto y que en vosotros mora la luz que no desfallece (32,30-35).

Esta revelación del Hijo-Palabra provoca un cambio en las personas. En primer lugar porque comparten la misión del Hijo. Están llamados a afirmar el pie de los que vacilan y tender la mano a los débiles (33,1-5). Además deben levantar a los que quieren levantarse y despertar a los que duermen. Los elegidos son el entendimento que atrae (33, 10). Además son la fragancia del Padre que emana desde su Rostro. El Padre ama su fragancia y la manifiesta a toda región, y si la mezcla con la materia, da su fragancia  a la luz y en su Silencio la hace superar toda forma....el que tiene el sentido del olfato y atrae la fragancia hacia sí y se sumerge en la fragancia del Padre, de manera que así lo protege y lo lleva al lugar de donde vino (33,35-34, 18). Los elegidos son intermediarios entre el Padre y los hombres, y están llamados a despertar a través del conocimiento a los hombres.

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