Los Canticos del sacrificio sabático...alabando a Dios junto a los ángeles.


Como hemos visto en otras entradas, el Templo de Jerusalén, en los tiempos de Jesús, era fuente de inspiración visionaria. En relación a esta dimensión, las fuentes que contamos son el libro del profeta-sacerdote Ezekiel sobre todo en relación a las visiones del Trono-carro de Dios; la literatura del Qumran y algunos libros relacionados como Enoc, el Testamento de Leví, y Jubileos; y la temprana literatura judía de carácter visionario llamada Hejalot. Tres son los elementos constitutivos de este tipo de experiencias visionarias presentes en esta literatura. Primero, el tiempo sagrado fundado por el calendario solar que garantizaba la coordinación temporal entre el tiempo celestial y el terreno. Segundo, el lugar sagrado representado por el Trono de Dios en lo más sublime de la realidad celestial que se aprestaba sobre el Templo de Jerusalén. Tercero, el ritual santo o angelical del cual la liturgia del Templo debía ser un espejo. Como hemos visto en otras entradas, el problema en el tiempo de Jesús era que el Templo de Jerusalén se regía por el calendario lunar y por sacerdotes que no eran descendientes puros de linea zadokita. De hecho esta literatura visionaria es de carácter crítica encontrando tradiciones sacerdotales provenientes de personas que ya no podían oficiar en el Templo de Jerusalén. Esto no significa, sin embargo, que no oficiesen en ningún lugar.

Los Cánticos del sacraficio sabático son textos del Qumran especialmente valiosos porque nos abren una ventana a través de la cual podemos ver cómo oficiaban los esenios del Mar Muerto. En la primera canción se dice que Dios ha establecido sacerdotes entre sus ángeles: Porque ha establecido a los más santo de los santos entre los santos eternos, para que seán para él sacerdotes [que se acercan al templo de su realeza], los servidores de su Presencia en el santuario de su gloria.  Ahora bien, estos sacerdotes angelicales, de alguna manera, también celebran en la tierra si consideramos que la comunidad se entiende a sí mismo como templo vivo de Dios. Consideremos el siguiente texto: Cuando estas cosas existan en Israel, el consejo de la comunidad será establecido en verdad como una plantación eterna , una casa santa para Israel y el fundamento del santo de los santo para Aarón, testigos verdaderos para el juicio y escogidos de la voluntad de Dios para expiar por la tierra y para devolver a los impíos su retribución. Ella será la muralla probada, la piedra angular preciosa que no /cuyos fundamentos no/vacilarán y no temblarán en su lugar. Será residencia santísima para Aarón con conocimiento eterno de la alianza de justicia y para ofrecer un olor agradable  ; y será una casa de perfección y verdad en Israel ...para expiar por la tierra(1QS 4-10). La comunidad se entiende como el templo, como el sacrificio agradable a Dios, como expiación de Israel.  En 4Q511 35, 2-5 leemos: Y Dios va a santificar a algunos de los santos [ángeles] para sí mismo como un eterno santuario y como puros entre los limpios. Ellos serán sacerdotes, su pueblo justo, sus servidores y sus ministros, los ángeles de su Gloria. Ellos le alabarán con maravillas grandiosas. En todos estos textos, más que realidades paralelas hay servicios litúrgicos que se tocan.  El objetivo de los Cánticos del sacrificio sábatico en Qumrán era transparentar la realidad celeste y la terrestre en una sola. Lo hacía así porque la misma comunidad se consideraba la manifestación sensible del Templo. Sus miembros vivían con extremo rigor las prescripciones sobre la pureza, que debían regir en el Templo de Jerusalén, y vivían de acuerdo al calendario adecuado. Así se convertían en el verdadero templo en cuanto reflejo del Templo celestial de cuya liturgia también participaban.

¿Por qué puede esta liturgia celestial iluminar nuestro entendimiento sobre el cristianismo primitivo? La respuesta más obvia dice relación con lo que decíamos al principio. A través de los Cánticos del sacrificio sabáticos entendemos un poco más la importancia del Templo en el tiempo de Jesús. Pero hay más. De acuerdo a Pablo y al Evangelio de Juan la comunidad de creyentes en Jesús constituyen el nuevo Templo, quienes adoran de manera correcta a Dios. ¿Se transformaban los creyentes en seres celestiales como los monjes del Qumran? ¿Tiene algo que ver los carismas, especialmente el hablar la lengua de los ángeles, que vemos en las comunidades paulinas de 1Cor? Vale la pena seguirle la pista a estos elementos.

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