La transformación de Moisés en Juez y Rey celestial en Ez el Dramaturgo


En el Exagogue de Ezekiel el dramaturgo (II a.c.) leemos como Moisés es transfigurado en los cielos y sentado en el trono celestial: en la cima del Sinaí contemplé lo que parecía un trono, tan enorme que tocaba las nubes del cielo. En el trono estaba sentado un hombre de noble semblante. En una mano llevaba un cetro mientras que con la otra me llamaba. Yo me acerqué y me quedé delante del trono. El tomó el cetro y me invitó a que me subiera al trono, entonces me dio la corona y él mismo se retiró del trono. Yo contemplé toda la tierra alrededor, las cosas que están bajo ella y arriba del cielo. Caían a mis pies una multitud de estrellas y su número era incontable. Pasaban a mi lado como un ejército desfilando. Entonces aterrorizado desperté de mi sueño. Raguel (el ángel que lo guiaba) dice: Mi amigo, este es un buen signo de Dios. Que pueda yo estar vivo para ver el día en que estas cosas se cumplan. Tú establecerás un gran trono, y llegarás a ser juez y lider de los hombres. Y como se ve en tu visión de toda la tierra, el mundo de abajo, el que está sobre los cielos, esto significa que que tu ves lo que es, lo que ha sido y lo que está llamado a ser. El que Moisés sea sentado en el trono divino ha sido interpretado de diversas maneras por los estudiosos. A continuación presento lo que Andrei Orlov piensa al respecto. Según este autor una clave para entender este acontecimiento se encuentra en la figura del mellizo celestial que implica la noción judía que decía que una creatura de carne y sangre podía tener un doble o contraparte divino. Esta idea no sería exclusiva del Exagogue pues también la encontramos en 1Enoc 71 (en el libro de las Similitudes) donde Enoc se identifica con la figura del Hijo del Hombre que es entronizado como mesías. Algo parecido sucede con La oración de Jacob donde el héroe se identifica en los cielos con el ángel de Israel. En todos estos casos el visionario se identifica con su contraparte celestial transformándose en éste y asumiendo sus características gloriosas.

Otra característica interesante del Exagogue dice relación con las estrellas: Caían a mis pies una multitud de estrellas y su número era incontable. Pasaban a mi lado como un ejército desfilando. A. Orlov relaciona estas estrellas caídas con las tradiciones enoquicas que hablan de los ángeles caídos como estrellas. Como ejemplos pone el texto de 1Enoc 86 en el llamado Apocalipsis de los animales donde el héroe dice: Yo ví el cielo arriba y mirad, una estrella cayó desde el cielo...y volví a mirar en la visión y observé el cielo, y mirad, yo ví cómo muchas estrellas caían. También menciona 2Enoc 22 donde después de la transformación de Enoc, éste es venerado por los ángeles. En 2Enoc 7 el héroe es llevado al segundo cielo donde observa cómo los ángeles caídos esperan juicio, estos son aquellos que se han vuelto desde el Señor, que no han obedecido los mandamientos del Señor, y que con su príncipe se han complotado y vuelto desde el Señor bajo el quinto cielo (7,3). Una vez que estos ángeles ven a Enoc le veneran y le piden que interceda por ellos. El mismo motivo lo encontramos en el 3Enoc (Sefer Hejalot) donde el héroe es venerado por los ángeles Uzzah, Azzah, Aza el, cuyos nombres son reminisencias de los de los ángeles caídos de acuerdo al codigo zoomórfico del Apocalipsis de los animales en 1Enoc: Rabí Ismael dijo: Yo dije a Metatrón: Tú eres más grandes que todos los príncipes, más exceslos que todos los ángeles, más amado que todos los servidores...¿por qué, entonces, ellos te llaman el joven en las alturas celestiales? El respondió: Porque yo soy Enoc, el hijo de Jared....el Santo, alabado sea, me ungió en lo alto como principe y como gobernante entre los ángeles que sirven. Entonces tres ángeles, Uzzah, Azzah, y Azael, vinieron y pusieron cargos contra mí en las alturas celestiales. Ellos dijeron delante del Santo, alabado sea, "Señor del Universo, acaso no te aconsejó bien el primero cuando te dijo que no crearás al hombre"... Y de una ellos se levantaron para encontrarme y se postraron delante de mí diciendo, "bienaventurado eres tú, y felices tus padres, porque tu creador te ha favorecido". Porque yo soy joven en su compañía y jovén entre ellos en días y meses y años, y así ellos me llaman Joven (Sinopsis 5-6).

Estos textos iluminan el posible significado del Exagogue dándole a Moisés potestades judiciales, reales, y sacerdotales muy cercanas a las que más de un siglo más tarde los cristianos adjudicarán al Jesús transformado en los cielos. Para más detalles: Orlov, Andrei, "In the Mirror of the Divine Face: The Enochic Features of Exagoge of Ezekiel the Tragedian".

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